Martina & Mario

Martina & Mario
Martina, Mario y su inseparable BIBI

8/12/13

AUTISMO Y TRATAMIENTOS FLORA INTESTINAL

La Dra. Natasha Campbell-McBride tiene un consultorio de tiempo completo en el Reino Unido, donde trata a niños y adultos con autismo, discapacidades de aprendizaje, trastornos neurológicos, trastornos psiquiátricos, trastornos inmunológicos y problemas digestivos.

Aquí, ella comparte sus ideas sobre el Síndrome del Intestino y la Psicología (GAPS), lo cual puede hacer a un niño particularmente propenso a los daños por vacunas y el Programa Nutricional GAPS, un tratamiento natural para el autismo, TDAH, dislexia, dispraxia, depresión y esquizofrenia.

Comentarios del Dr. Mercola

Estoy encantado de compartir esto con usted, ya que la Dra. Natasha Campbell-McBride presenta una elegante y fascinante descripción de las condiciones fundamentales que contribuyen con el autismo, junto con un enfoque pragmático para ayudar a evitar y frenar la epidemia de autismo, que ha sido un desconcertante rompecabezas para la mayoría de nosotros.

La Dra. Campbell es doctora en medicina con un titulo de posgrado en neurología. Ella trabajó como neurólogo y neurocirujano durante varios años antes de empezar una familia. Cuando su primer hijo fue diagnosticado con autismo a la edad de tres años, le sorprendió darse cuenta que aunque era doctora no sabía nada sobre ese tema...

En 1984, cuando se graduó de la escuela de medicina, el autismo era un trastorno extremadamente raro, con un prevalencia de aproximadamente 1 en 10,000
"En el momento en que me gradué de la escuela de medicina jamás había visto a una persona con autismo," dijo ella. "...Para ser honesta, el primer niño autista con el que me topé fue mi hijo...Hace cinco años se diagnosticaba a un niño de cada 150, que representa un aumento en la incidencia de casi 40 veces. En la actualidad en la Gran Bretaña y algunos países, estamos diagnosticando a un niño de cada 66."
Las tasas son similares a las de los Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda. La Dra. rápidamente se adentró en la investigación, en busca de una respuesta para su hijo y terminó obteniendo un segundo titulo de posgrado en nutrición humana. Como resultado de su trabajo, su hijo se recuperó por completo y ya no padece de autismo.

Aunque es originaria de Rusia, lugar en donde recibió su primera formación médica, se mudó al Reino Unido hace casi 20 años y actualmente tiene una clínica en Cambridge, Inglaterra, en la cual trata niños y adultos con autismo, discapacidades de aprendizaje, trastornos neurológicos, trastornos psiquiátricos, trastornos inmunológicos y problemas digestivos.

El tratamiento temprano es la clave

El tratamiento que desarrolló se llama Programa Nutricional GAPS y como lo explica la Dra. Campbell, mientras más pequeño sea el niño al momento de empezar el tratamiento, mejores serán los resultados.
"Cuando empezamos con el tratamiento GAPS con niños de 2, 3, 4 y 5 años de edad, los niños tienen muchas posibilidades de recuperarse por completo de autismo, TDAH, TDH, dislexia y dispraxia- y ese gran número de niños que no entran dentro de ningún cuadro de diagnóstico...Son niños cuyos médicos suelen posponer las cosas. Les piden a los padres que traigan a sus hijos dentro de seis meses y después otros seis meses para observar al niño con el fin de dar un diagnostico, mientras de esa forma se desperdicia el preciado y valioso tiempo que pudo haber servido para ayudar al niño," dice ella.
Todo comienza en el intestino...

La Dra. Campbell está convencida de que los niños autistas en realidad nace con cerebros y órganos sensoriales completamente normales.
"Lo que pasa con estos niños (es que) no desarrollan un flora intestinal normal desde el nacimiento..."dice la Dra. "La flora intestinal es una parte sumamente importante de la fisiología humana. Recientemente, las investigaciones realizadas en los países escandinavos han demostrado que el 90 por ciento de las células y de todo el material genético del cuerpo humano es nuestra flora intestinal. Simplemente somos una concha...el hábitat de esta masa de microbios que se encuentran dentro de nosotros. Los ignoramos bajo nuestro propio riesgo.

...Como resultado, su sistema digestivo- en lugar de ser la fuente de alimento de estos niños- se convierte en la principal fuente de toxicidad. Estos microbios patógenos que se encuentran dentro del tracto digestivo dañan la integridad de la pared intestinal. Por lo que toda clase de toxinas y microbios van directo al torrente sanguíneo del niño y posteriormente llegan al cerebro. Por lo general, eso sucede al segundo año de vida de los niños que fueron amamantados, ya que la lactancia materna brinda una protección en contra de la flora intestinal anormal. Los niños que no fueron amamantados, desarrollan los síntomas de autismo durante el primer año de vida.

Así que la lactancia materna es fundamental para proteger a los niños."
La toxicidad del cerebro conduce a los síntomas del autismo

Los niños utilizan todos sus órganos sensoriales pare recopilar información sobre su entorno, información que posteriormente pasa al cerebro para ser procesada. Esta es una parte fundamental del aprendizaje.

Sin embargo, en el caso de los niños con Síndrome del Intestino y la Psicología (GAPS), la toxicidad fluye desde su intestino, pasando por todo su cuerpo hasta llegar al cerebro, lo cual obstruye el cerebro con toxicidad, evitando que realice sus funciones normales y que procese la información sensorial...
"La información sensorial se convierte en papilla, en un ruido dentro del cerebro del niño y con este ruido el niño no puede aprender. No pueden descifrar nada útil," explica ella.

"Esa es la razón por la que no aprenden cómo comunicarse. No aprenden cómo entender el lenguaje, cómo utilizar el lenguaje, cómo desarrollar todos los comportamientos instintivos y comportamientos que los niños normales desarrollan. El segundo año de vida es crucial en cuanto a la maduración del cerebro de un bebé. Ahí es cuando se desarrollan las habilidades de comunicación y las conductas de afrontamiento.

Si el cerebro del niño está tapado con toxicidad, el niño se pierde de esa oportunidad de aprender y comienza a desarrollar autismo, todo dependiendo de la mezcla de toxinas, de qué tan severa sea la condición en general y qué tan grave sea la alteración en la flora intestinal del niño."
El GAPS podría manifestarse como un conglomerado de síntomas que pueden entrar dentro del diagnostico del autismo, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastorno por déficit de atención (TDA), dislexia, dispraxia o trastorno obsesivo- compulsivo, solo por mencionar algunas posibilidades...

¿Cómo es que la flora intestinal de un niño se altera de forma tan drástica?

Si la epidemia de autismo y otros trastornos de aprendizaje se originan en el intestino, entonces ¿qué ha cambiado en los últimos 25 años que ha alterado la flora intestinal de los niños de una forma tan anormal?

Como lo explica la Dra. Campbell:
"Por lo que a la ciencia corresponde, el bebé que se encuentra dentro del vientre de la madre es estéril durante los nueve meses de embarazo. El bebé adquiere su flora intestinal cuando nace, cuando pasa a través del canal de parto de la madre. Así que lo que sea que vive en el canal de parto de la madre, en la vagina de la mamá, se convierte en la flora intestinal del bebé.

Y, ¿qué es lo que vive en la vagina de la madre? Es un área sumamente poblada del cuerpo de la mujer. La flora vaginal viene desde el intestino. Así que si la madre tiene una flora intestinal anormal, tendrá flora anormal en el canal de parto. Los padres no están exentos porque ellos también tienen flora intestinal y esa flora intestinal llena su ingle por lo que comparte su flora con la de la madre de manera regular.

...Yo siempre recolecto el historial de salud de la madre, el padre e incluso de los abuelos del niño. Creo que tenemos una creciente y profunda epidemia de alteraciones en la flora intestinal, que comenzó desde la Segunda Guerra Mundial, cuando se descubrieron los antibióticos. Los antibióticos de amplio espectro acaban con las especies de microbios benéficas en el intestino, lo cual permite que los patógenos se muevan por el intestino sin control."
La importancia masiva de los alimentos fermentados y los probióticos

Esta es la razón por la que es tan importante "volver a sembrar" su intestino con alimentos fermentados y probióticos cuando usted utiliza antibióticos. Si usted no está comiendo alimentos fermentados, entonces lo más probable es que necesite un suplemento de probióticos, en especial si usted come muchos alimentos procesados.
"En paralelo con los microbios benéficos dentro de un intestino saludable, los científicos han descubierto miles de especies de patógenos diferentes que causan enfermedades, bacterias, virus, hongos y otros microbios. Pero, siempre y cuando predominen los microbios benéficos dentro de su intestino, estos se encargara de controlar a los patógenos...Los mantienen en colonias pequeñas y no permiten que proliferen.

Los antibióticos tienden a eliminar las bacterias benéficas, lo cual le da oportunidad a los patógenos para proliferar, crecer sin control y ocupar todos los espacios de su intestino. La bacteria benéfica se recupera, sin embargo a algunas especies les toma entre dos semanas y dos meses recuperarse y es ahí donde los patógenos se aprovechan y crecen.

Lo que veo en las familias de los niños con autismo es que el 100 por ciento de las mamás de niños autistas tienen una flora intestinal anormal, así como problemas de salud relacionados con ello. Pero entonces observo a las abuelas por parte de las madres y descubro que también tienen una flora intestinal anormal, pero mucho más leve."
En esencia, lo que tenemos es una acumulación generacional de la flora intestinal anormal, y con el paso del tiempo cada generación es más propensa a verse perjudicada por el uso de antibióticos- y de vacunas, de lo cual hablaré en un momento.

La alimentación con biberón y los antibióticos son una carga muy pesada

Para empeorar las cosas se encuentra el hecho de que amamantar ya no es algo tan popular. Sabemos que los bebés que son alimentados con leche materna desarrollan una flora intestinal completamente diferente a la de los bebés alimentados con biberón.

La Dra. Campbell descubrió que un gran porcentaje de madres de hijos autistas fueron alimentadas con biberón. Entonces, como recibieron varias dosis de antibióticos a través de su niñez, las anormalidades en su flora intestinal se volvieron más intensas.
"Incluso debido a que los antibióticos eran prescritos, en particular de la década de los cincuenta y sesenta, eran prescritos para cualquier estornudo y tos. Los antibióticos eran prescritos en exceso. Dado a esta situación, las anormalidades en la flora intestinal de estas niñas empeoraría y empeoraría.

Y luego, a la edad de 15 o 16 años estas mujeres utilizarían una pastilla anticonceptiva... (lo que) tiene efectos devastadores en la flora intestinal. En la actualidad, las mujeres la toman antes de sentirse preparadas para formar una familia."
Así que para recapitular, la alimentación a base de biberón junto con el uso excesivo de antibióticos y pastillas anticonceptivas sientan las bases para una flora intestinal cada vez más anormal con el paso de cada generación. Y añadiendo eso con una alimentación a base de comida chatarra y el consumo excesivo del jarabe de maíz de alta fructosa, dan como resultado un desastre total en términos de salud intestinal.

Es importante darse cuenta que los alimentos procesados y el azúcar alimentan a los patógenos en su sistema digestivo, lo que los ayuda a proliferar.
"Muchos de estos factores modernos creó una plétora en las mujeres jóvenes en nuestro mundo moderno y quienes tienen una flora intestinal sumamente anormal para el tiempo en el que tienen su primer hijo. Esta flora intestinal anormal que le heredan a sus hijos," explica.

"Por lo que estos bebés adquieren la flora intestinal anormal desde el principio, mientras que los bebés que son alimentados con leche materna reciben protección porque lo que se encuentre en la sangre de la madre también se encontrará en su leche. Las mujeres que tienen una flora intestinal anormal tienen factores inmunológicos en su sangre, que desarrollan para protegerse de su propia flora intestinal. Estos factores inmunológicos se encontrarán en su leche.

Mientras el bebé es amamantado, a pesar del hecho de que adquiere la flora intestinal anormal de la madre, existe algún tipo de protección. Pero en cuento se deje de amamantar al bebé esa protección deja de existir. Es en ese momento cuando florecen todas las anormalidades de la flora intestinal y el niño comienza a desarrollar autismo, TDAH, TDA o cualquier otro problema de aprendizaje o discapacidad física como la diabetes tipo 1, por ejemplo, enfermedad celíaca u otras enfermedades autoinmunes...el asma, eczema y otros problemas físicos. De ahí es de donde proviene esta epidemia."
Se necesita hacer cambios urgentemente

Desafortunadamente, todos los factores que crean una flora intestinal anormal se están volviendo más y más frecuentes en todo el mundo. Esto significa que la siguiente generación de mujeres jóvenes que tengan hijos tendrá una flora intestinal más dañada que la de sus madres, así que la proporción de niños que nacen con GAPS predispuestos a desarrollar autismo será aún mayor.
"Nuestras autoridades necesitan entender eso y realmente necesitan estar listos para ello," advierte la Dra. Campbell
El papel de las vacunas

Como lo explica la Dra. Campbell, los bebés nacen no sólo con una flora intestinal estéril, sino que también con sistemas inmunológicos inmaduros. Y el establecimiento de la flora intestinal normal en los primeros 20 días o más de vida desarrolla un papel sumamente importante en la maduración apropiada del sistema inmunológico del bebé. Por lo tanto, los bebés que desarrollan una flora intestinal anormal se quedan con sistemas inmunológicos comprometidos.
"Las vacunas han sido desarrolladas, originalmente, para niños con sistemas inmunológicos perfectamente saludables," dice ella. "Los niños con GAPS no están en condiciones de ser vacunados con el protocolo de vacunación estándar."
Su libro llamado Síndrome del Intestino y la Psicología contiene un capitulo entero en el que habla de que los profesionales en salud necesitan mejorar las estrategias de vacunación, porque el protocolo de vacunación estándar está diseñado para dañar a los bebés con GAPS.
"Es cuestión de que se derrame el vaso," dice. "Si el niño está lo suficientemente dañado, la vacuna puede ser la última gota que derrame el vaso. Pero esa última gota no es para un niño en particular, entonces afectará al niño que más dañado se encuentre."
Ella también señala otro factor de riesgo de las vacunas:
"Lo que también tenemos que entender es que la industria farmacéutica no puede patentar virus naturales, bacterias naturales o cualquier tipo de microbio creado por la naturaleza. Tienen que modificarlos genéticamente antes de poder patentarlos," dice ella.

"Por lo que estas vacunas contienen virus y microbios genéticamente modificados. Aún no tenemos la información suficiente para saber exactamente lo que están haciendo con el cuerpo humano y qué es lo que estos genes le hacen a la flora intestinal de estos niños."
Cómo identificar el GAPS

Afortunadamente, es posible identificar el GAPS durante las primeras semanas de vida del bebé, lo que puede ayudar a tomar decisiones mejor informadas sobre las vacunas y sobre cómo proceder para llevar a su hijo por el mejor camino hacia una vida saludable.

Una de las cuestiones CLAVE es examinar al niño antes de que sea vacunado y si tienen características metabólicas de GAPS, NO debe ser vacunado hasta que se resuelva el problema. Esta medida podría prevenir el innecesario y trágico trauma en cientos y miles de familias. Lo más probable es que haya mucho más niños que son dañados con las vacunas que los que se ven beneficiados con las mismas. Con el simple hecho de modificar el proceso se podría reducir dramáticamente el riesgo de que el niño desarrolle una enfermedad en el espectro autista.

La Dra. Campbell describe todo el proceso en su libro.

En su práctica, ella comienza recolectando todo el historial clínico de los padres para de esa manera poder evaluar la salud del intestino. Después, en los primeros días de vida, se puede analizar el material fecal del bebé para determinar el estado de su flora intestinal, seguido por un análisis de orina para detectar los metabolitos, que puede dar una idea del estado del sistema inmunológico del niño.
"Actualmente, tenemos pruebas excelentes que encuentran las sustancias químicas producidas por varias especies de microbios en el intestino", dice ella. "...Así que al analizar la orina, podemos decir que tipo de microbios de encuentran en el intestino del niño o qué tipo de sustancias químicas está produciendo."

"...Si el niño tiene una flora intestinal anormal podemos asumir que tienen una inmunidad comprometida y estos niño no deben ser vacunados con el protocolo de vacunación estándar porque simplemente se verán afectados. No deberían ser vacunados."
La prueba no invasiva descrita en su libro actualmente se encuentra disponible en la mayoría de los laboratorios del mundo y por lo general cuesta de $80-100 dólares cada una en los Estados Unidos. Esto es una miseria en comparación con el increíble gasto que se hace para el tratamiento de un niño autista una vez que el daño está hecho.
"Nuestros niños están siendo utilizados como un mercado para vender vacunas," dice la Dra. Campbell. "Los niños son vacunados en nuestro mundo occidental, me temo, que esto no es para cuidar al niño sino más bien para hacer dinero...Es una situación extremadamente triste y preocupante."
Los hermanos también están en alto riesgo de daños causados por las vacunas

Otro grupo de niños que también podría sobre-reaccionar a las vacunas son los hermanos de los niños con autismo, hiperactividad severa, trastorno obsesivo-compulsivo, enfermedades mentales o diabetes tipo 1.
"Los hermanos menores de los niños con autismo y los hermanos mayores de los niños con estas discapacidades no deberían ser vacunados con el protocolo de vacunación estándar," advierte.

"Las pruebas inmunológicas de las que hablaba pueden repetirse cada seis meses o cada año del niño. Siempre que el niño sea considerado completamente sano y su sistema inmunológico demuestre estar funcionando perfectamente, sólo entonces se puede considerar la vacunación en estos niños porque simplemente no se puede correr el riesgo."
Estrategias para restaurar la salud de los niños con GAPS y autismo

La Dra. Campbell ha desarrollado un tratamiento sumamente efectivo para los niños con GAPS, llamado Protocolo Nutricional GAPS. Se describe a gran detalle en su libro llamado, Síndrome del Intestino y la Psicología, que está diseñado para ser un libro de autoayuda.
"Probablemente en la actualidad cientos de miles de personas, alrededor del mundo, están salvando a sus hijos con este programa," dice ella. "...La mayoría de estas personas sólo compran el libro, lo leen, siguen el programa y obtienen resultados asombrosos."
En resumen, el protocolo consiste en tres elementos:
1. Alimentación- La alimentación GAPS consiste en alimentos fácilmente digeribles que son densos en nutrición, incluyendo los alimentos fermentados.

De acuerdo con la Dra. Campbell: "En promedio, las personas se adhieren a su alimentación un par de años. Toma dos años expulsar los patógenos del intestino, restablecer la flora intestinal en el intestino para sanar y sellar el daño en estas personas y hacer que el intestino vuelva a estar fuerte y que sea la fuente principal de nutrición de la persona en lugar de ser la fuente de toxicidad."

2. Suplementos alimenticios, incluyendo los probióticos y las vitaminas D y A en forma de aceite de hígado de bacalao, aunque la exposición al sol también es una parte importante para los pacientes con GAPS, para una producción apropiada de vitamina D.

3. Desintoxicación: El protocolo nutricional GAPS eliminará las toxinas de manera natural. La Dra. Campbell no utiliza ningún tipo de medicamento o sustancia química para eliminar las toxinas, ya que puede sr algo demasiado drástico para algunas personas y puede producir efectos secundarios dañinos. En lugar de eso, recomienda el jugo ya que es una forma suave pero eficaz de eliminar la acumulación de toxinas, así como baños con sal de Epsom, sal de mar, polvo de algas marinas, vinagre de sidra de manzana y bicarbonato de sodio.
Más información

Siempre he pensado que la mejor estrategia de salud es la prevención y estoy seguro de que muchas personas están de acuerdo conmigo. Una onza de prevención vale una libra de cura.

Ahora que hemos identificado una manera de prevenir el autismo relacionado con el daño neurológico y físico, no puedo insistir lo suficiente para que realmente considere esta información y que le ponga mucha atención a la salud de su intestino antes de que intente embarazarse y de la misma forma, tome las precauciones necesarias descritas por la Dra. Campbell que pueden reducir significativamente las probabilidades de que su hijo se vea afectado.

La avalancha de autismo debe ser frenada - y pronto. Y por ahora toda la carga recae en usted, el padre de familia, para tomar el control de la salud de su hijo y armarse con información que puede tener consecuencias en su vida.

Si usted está embarazada o planea embarazarse o conoce a alguien que lo esta, le recomiendo bastante el libro de la Dra. Campbell. Cómprelo para usted o lo de regalo.

También puede encontrar más información en la página web de la Dra. Campbell: www.GAPS.me o su blog www.doctor-natasha.com.
"Tenemos una epidemia de GAPS- Síndrome del Intestino y la Psicología, y el número de personas que la padecen va en aumento," dice ella. "Estoy completamente abrumada por las demandas de consultas y las personas alrededor del mundo necesitan especialistas en GAPS...

Por lo que estoy preparando un curso de formación para los médicos y profesionales de salud. La primera ola de formación será en Septiembre-Octubre en Seattle, Chicago, Nueva York y Dallas.

Cubriremos Estados Unidos con un buen número de profesionales capacitados en GAPS. Habrá personas capacitadas que serán capaces de enseñarle todo el protocolo y se llevaran a cabo grupos locales de GAPS en donde todos los pacientes y personas con esta enfermedad podrán asistir a la semana para intercambiar experiencias, noticias y ayudarse los unos a los otros dando apoyo moral y así aprender más sobre el GAPS."
Una vez que ella haya hecho esto en los Estados Unidos, lo hará en Europa y otras partes del mundo. Si usted es doctor, nutriólogo, dietista, osteópata, homeópata u otro profesional de salud y está interesado en convertirse en un especialista en GAPS certificado, por favor vea este enlace para obtener más información.

Fuente: Natasha Campbell-McBride Interview Video Transcript
El Dr. Mercola es el fundador del sitio web de salud natural mas visitado del mundo, Mercola.com. Usted puede aprender a como lograr un bienestar optimo al obtener una copia GRATIS de su libro mas reciente Tome Control de Su Salud al ir a la Pagina de su Libro.

AUTISMO - GENÉTICA - MEDIOAMBIENTE - QUE.ES

El autismo afectará a uno de cada 25 niños en 2015

Una ponencia presentada en el VII Congreso Internacional de Medicina Ambiental celebrado el fin de semana pasado Madrid denuncia que estamos viviendo una epidemia de autismo y que ésta tiene que ver con nuestro estilo de vida. En 2015 se calcula que uno de cada 25 niños padecerá esta enfermedad.



Es un lugar común pensar que el autismo es una enfermedad mental. Sin embargo, la pediatra María Jesús Clavera, especialista en autismo desde hace doce años, explica que se trata de un trastorno fisiológico cuyas repercusiones mentales vienen a posteriori. "Es un síndrome inflamatorio que afecta al aparato digestivo, al cerebro y al sistema inmunitario", explicaba en su ponencia del fin de semana en el VII Congreso Internacional de Medicina Ambiental organizado por la Fundación Alborada en Madrid.
Estos síntomas hacen pensar en una respuesta del cuerpo a una agresión exterior, una agresión exterior relacionada con nuestro estilo de vida a juzgar por el preocupante incremento de los casos de autismo en occidente. "No solo estamos viviendo una epidemia, sino que es explosiva", subraya en conversación telefónica con Qué.es. "El número de autistas se duplica cada dos años en las sociedades tecnologizadas".
Mientras en lugares como África esta enfermedad es prácticamente inexistente, datos del Center for Disease Control de Estados Unidos revelan que en 2012 había ya un niño con autismo por cada 45. La doctora recuerda que en los años 80 no era más que uno por cada 5.000. "Para 2015 habrá un niño autista por cada 25", denuncia. Y añade: "Una pareja que se ponga ahora a tener hijos tiene muchas papeletas de tener un niño autista".
NO ES MALA SUERTE
Para la doctora Clavera el autismo no es en absoluto una cuestión de mala suerte. Aunque, por supuesto, es una enfermedad multicausal en la que influyen factores genéticos, cree que la incidencia de los factores ambientales es evidente.
Cita como ejemplo las amalgamas dentales, presentes en el 70 por ciento de las madres de niños autistas. "Antes se usaban mucho para las caries. En su composición llevan mercurio, que se libera en la boca y es altamente tóxico".
Por supuesto, no es el único factor. La toxicidad presente en alimentos o productos de higiene y limpieza también puede incidir. De hecho, el tratamiento para los niños autistas que trata en su consulta tiene que ver con la eliminación de estos productos del entorno del menor.
"Hay entre un 20 o un 30 por ciento de niños que se recuperan, pero con un esfuerzo titánico por parte de las familias. Deben hacer lo posible por vivir como se vivía en el siglo XIX", apunta. Además, por supuesto, necesita tratamiento mental. "Durante el tiempo que ha estado 'desconectado' el niño pierde muchos estímulos".
Clavera reivindica las políticas de prevención y reclama estudios y regulación. "Es alarmante que las autoridades no atiendan a esta realidad".
OTRAS ENFERMEDADES
La doctora Pilar Muñoz-Calero, presidenta de la Fundación Alborada, explica que los tóxicos son un factor importante también en el desarrollo de otras 'enfermedades emergentes', como enfermedades autoinmunes, alergias u otras como el Alzhéimer o el Parkinson. "Son multicausales, pero una de las causas son los contaminantes", subraya.
Uno piensa en la contaminación atmosférica o la generada por los coches, pero la doctora insiste en que está presente en elementos muy cotidianos, en nuestras oficinas y en nuestras casas. Por ejemplo, hasta hace poco era habitual utilizar plomo en la composición de la pintura de las paredes, un elemento que "contamina no solo mientras huele o hasta que se seca, sino que dura 20 años".
Desde la asociación piden una regulación más restrictiva con los químicos. "Existen más de 100.000 sustancias que se han liberado sin demostrar su inocuidad. Quizá cada una de ellas individualmente no sea nociva, pero la suma de todas las pequeñas dosis de cada sustancia es la que está generando problemas", explica.
Muñoz-Calero cita como ejemplo de permisividad el caso reciente del Bisfenol A. Hace tiempo que "está demostrado que está relacionado con el cáncer" y, aunque la Unión Europea prohibió en 2011 su uso en biberones y la industria tiende a retirarlo por su mala prensa, lo cierto es que está permitido en el resto de los productos.
"Nuestro cuerpo es un laboratorio", ironiza.

AUTISMO Y LA TERAPIA PROBIÓTICA

La terapia probiótica alivia comportamientos parecidos al autismo

Investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech), en Estados Unidos, están investigando un nuevo tratamiento potencialmente transformador para el autismo y otros trastornos del neurodesarrollo mediante terapia probiótica. Se ha demostrado previamente que la microbiota intestinal influye en el comportamiento social y emocional de los autistas, pero este trabajo, publicado en la edición digital de este jueves de 'Cell', plantea que los cambios en estas bacterias del intestino pueden influir en los comportamientos parecidos al autismo en un modelo de ratón.

5 de diciembre de 2013
  Investigadores del Instituto de Tecnología de California (Caltech), en Estados Unidos, están investigando un nuevo tratamiento potencialmente transformador para el autismo y otros trastornos del neurodesarrollo mediante terapia probiótica. Se ha demostrado previamente que la microbiota intestinal influye en el comportamiento social y emocional de los autistas, pero este trabajo, publicado en la edición digital de este jueves de 'Cell', plantea que los cambios en estas bacterias del intestino pueden influir en los comportamientos parecidos al autismo en un modelo de ratón. "La investigación tradicional ha estudiado el autismo como un trastorno genético y un trastorno del cerebro, pero nuestro trabajo muestra que las bacterias del intestino pueden contribuir a los síntomas de TEA de forma que antes no se conocía", dice el profesor de Biología Sarkis K. Mazmanian, señalando que la fisiología intestinal parece tener efectos en lo que se ha asumido que son funciones del cerebro. El trastorno del espectro autista (TEA) se diagnostica cuando los individuos exhiben comportamientos característicos que incluyen acciones repetitivas, disminución de las interacciones sociales y deterioro de la comunicación. Curiosamente, muchas personas con TEA también sufren de problemas gastrointestinales (GI), como calambres abdominales y estreñimiento. Para estudiar esta interacción entre la microbiota intestinal, la comunidad de bacterias que pueblan el tracto gastrointestinal humano, y el cerebro, los científicos usaron un modelo de ratón de autismo desarrollado previamente en Caltech en el laboratorio de Paul H. Patterson, Anne P. y Benjamin F. Biaggini, profesores de Ciencias Biológicas. En los seres humanos con una infección viral grave, aumenta el riesgo de que una mujer embarazada dé a luz a un niño con autismo, un efecto que reprodujeron estos expertos en los ratones usando un imitador viral que provoca una respuesta inmune similar a la infección en la madre y síntomas de comportamiento básicas asociadas con el autismo en los hijos. En el nuevo estudio, Mazmanian, Patterson y sus colegas hallaron que la descendencia "autista" de los ratones hembras inmuno-activadas preñadas también mostraron alteraciones gastrointestinales. En particular, los tractos gastrointestinales de los ratones autistas tenían "fugas", lo que significa que permitían al material pasar a través de la pared intestinal hacia el torrente sanguíneo, una característica conocida como permeabilidad intestinal que e ha visto en algunos individuos autistas . "Hasta donde sabemos, este es el primer informe de un modelo animal de autismo con disfunción GI", dice Elaine Hsiao, investigadora de Caltech y primera autor del estudio. Para ver si estos síntomas GI realmente influyeron en los comportamientos parecidos al autismo, los investigadores trataron a los ratones con 'Bacteroides fragilis', una bacteria que se ha usado como una terapia probiótica experimental en modelos animales de enfermedades gastrointestinales y que corrigió la permeabilidad intestinal. Además, las observaciones de los ratones tratados mostraron que su comportamiento había cambiado, siendo más propensos a comunicarse con otros roedores, con una reducción de su ansiedad y con menos propensión a involucrarse en un comportamiento repetitivo de excavación. "El tratamiento con 'B. Fragilis' alivia los problemas gastrointestinales en el modelo de ratón y también mejora algunos de los principales síntomas de comportamiento", destaca Hsiao, para quien esto sugiere que los problemas gastrointestinales pueden contribuir a los síntomas específicos en trastornos del desarrollo neurológico. Con la ayuda de colaboradores clínicos, los investigadores están planeando un ensayo para probar el tratamiento con probióticos en los síntomas conductuales del autismo humano. "Este tratamiento probiótico es posnatal, lo que significa que la madre ya ha experimentado el desafío inmunológico y, como resultado, los fetos en crecimiento ya han comenzado por un camino de desarrollo diferente", explica Patterson. No obstante, los autores del estudio consideran que todavía queda mucho trabajo para desarrollar un tratamiento probiótico eficaz y fiable para el autismo en humanos porque hay dos contribuciones genéticas y ambientales a la enfermedad y porque la madre en el modelo de ratón reproduce sólo el componente medioambiental. "El autismo es un trastorno heterogéneo en el que la relación entre las contribuciones genéticas y ambientales podría ser diferente en cada individuo --matiza Mazmanian--. Incluso si 'B. Fragilis' soluciona algunos de los síntomas asociados con el autismo, me sorprendería que se tratara de una terapia universal, probablemente no funcione para todos los casos". El equipo de Caltech propone que determinados insectos benéficos están íntimamente involucrados en la regulación de la liberación de productos metabólicos (o sus metabolitos) en el intestino al torrente sanguíneo. De hecho, los investigadores encontraron que en la pared del intestino con fugas de los ratones de tipo autista, ciertos metabolitos que fueron modulados por los microbios podrían entrar fácilmente en la circulación y afectar a comportamientos particulares.

4/8/13

la Fiesta de Cumpleaños de Arnau

Ayer todos los niños del curso de P4-C de les Escoles Arrels acudieron en masa al cumpleaños de Arnau... también Mario estaba invitado. Esta página que escribo es un pequeño homenaje para esos 23 enanos que han aprendido a entender y a querer a Mario tal como es...
Vivieron su entrada en P-3 cuando más se autolesionaba: golpeándose la cabeza contra las paredes, contra el suelo... Padecieron sus llantos, sus rabietas... Entendieron que era difierente, que aprendía de otra manera, que su nivel no podía ser el mismo porque llevaba 3 años "aislado en sí mismo", desconectado de todas aquellas cosas bonitas que todos descubrimos al principio de nuestras vidas, cuando todo son cosas nuevas con las que sorprendernos...
Mario estaba siempre triste, apático, se estiraba en el suelo y hacía girar objetos durante horas, cuando te acercabas a él gruñia y cuando lloraba no dejaba que le consolaras; sin contacto visual, alineando y apilando objetos sin sentido. Estaba aislado, incomunicado, sin lenguaje con el que poderse expresar, evitando el contacto visual y el contacto físico con los demás. Enfermando contínuamente (con dermatitis atópica, bronquitis, alergias), sintiéndose amenazado por todo y por todos, sin dormir por las noches,...
Comenzó P3 así, en un colegio ordinario, el mismo al que acudía su hermana, pues pensamos que debía mantenerse en el mismo círculo que Martina por ser ella un pilar tan importante en su vida!
Y después del verano comenzó P4 un poco más receptivo. Ya llevábamos un año con el protocolo biomédico, ya le habíamos hecho el estudio genómico con el Dr. Lao y Mario ya respondía la tratamiento: las alergias iban menguando, la dermatitis se iba controlando, también las bronquitis repetitivas, había iniciado el lenguaje, primero repitiendo palabras, después pidiendo las cosas que necesitaba, demandando comida y bebida, para después construir frases "a su manera" con las que explicarse mejor. Aunque sigue con rigidez conductual (es bien cabezota este chico!!!) ya no responde de forma agresiva y supera la frustración con menos tiempo que antes. Por lo general descansa mucho mejor por las noches, ya no las pasa en vela mirándose las manos; alguna noche está un poco más agitado pero lo habitual es que se despierte un par de veces en la noche para hacer un pipí y beber un poquito. Ese ha sido otro escalón que ha subido, hace unos meses le quitamos el pañal durante el día y para dormir se lo colocábamos, pero de repente empezó a pedir ir al baño en mitad de la noche, a pesar de llevar el pañal, así que "adiós pañales, por fín!". Ya no chirria los dientes durante el día y la noche (alguna noche que pueda estar algo nervioso); el contacto visual existe menos cuando no conoce a alguien y le cuesta un poquito acercarse, así que utiliza el "método demostración" saltando y brincando como un mono para que vean lo atlético que es... Ya no se asusta de las personas, antes se tiraba al suelo en plan comando cuando se cruzaba con alguien, nadie podía tocarle, pues se golpeaba con fuerza hasta que le dejaban. Señala las cosas,  las pide, ya no utiliza nuestras manos como herramienta, toca la plastilina, la arena de la playa, cosas que antes no soportaba. Juega con muñecos, con amigos, se disfraza, juega a la escuela en casa con su hermana, a la granja de las barriguitas junto con los barcos piratas y los dinosaurios y se monta una historia con todos juntos enmedio del comedor.
Ha dejado de autolesionarse, se golpeaba la cabeza con el puño de forma continuada, cada segundo de su vida. Y por fín... esta semana ha escrito su nombre en casa "MARIO" con letras mayúsculas y bien clarito.  Esos pequeños héroes -que son los compañeros de Mario- le han ayudado tanto a lo largo de estos dos cursos!!! Sus mamis y sus papis son "superfamilias" que nos han apoyado desde el primer momento inculcando a sus hijos la necesidad de querer, arropar y ayudar a Mario  y eso ha dado sus frutos : han tenido paciencia con él, le han ayudado a pegar "gomets", a pintar, a dibujar, le han enseñado a jugar, se han acercado a él hasta conseguir sus besos, también se han llevado algún mordisquete y algún empujón (que yo lo sé),  pero han seguido acercándose a él, no le han dado la espalda en ningún momento. Han aceptado la diferencia y han comprendido los límites de Mario con total naturalidad. Todo nuestro corazón para ellos...
Al final damos las gracias por una actitud que debería ser la normal, pero que no siempre lo es, pues conozco a muchas familias que han sufrido una situación muy distinta... A nosotros nos ha apoyado el Colegio, los compañeros de Mario y sus familias. Desde este humilde blog nuestro más sincero agradecimiento a Ana Freixa, su profesora de P3 y P4, a su cuidador Manel durante el curso de P4 y a todos esos pequeños héroes a  los que Mario ya llama por su nombre: Kenai, Armau, Lídia, Joan, Héctor, Sara, Nayara, Iván, Carlota, Claudia, Carla, Àlex, Laura, Selene, Marta, Eva, Daniel, Joel, Karen, Lucía, Maria, Aníbal y Oriol... la Clase P4C de la promoción Holanda 2008.

"Ahora Mario es pequeño y vosotros también... Ni vosotros ni él  podéis comprender lo importante que estáis siendo para Mario en este inicio de vida escolar. Cuando Mario sea mayor, nosotros le explicaremos la historia de su vida y entonces él comprenderá el valor de vuestro amor traducido en cada gesto, cada beso, agradecerá vuestra paciencia y comprensión,... y eso lo guardará siempre en su corazón, al fín y al cabo, el Amor es la esencia de todo lo que nos rodea y todo lo que somos; de momento Papá Ricard, Mamá Susana y la pequeña Martina os agradecen con el corazón en la mano todo el amor que le estáis dando a nuestro muñeco Mario para que vuestros padres os expliquen lo mucho que habéis significado en nuestra vida. Miles de Besos..."


19/6/13

Carta para "la Señu" Ana de P4-C



Querida "Señu" Ana,

Todos tenemos guardados retazos de nuestra vida,
momentos mágicos y maravillosos
que vamos coleccionando a lo largo de ella;
recuerdos imposibles de borrar,
recuerdos que nos emocionaron, que nos hicieron reir,
suspirar...

El inicio escolar de nuestros peques irá siempre cogido de tu mano:
su nombre escrito en un papel,
sus primeras fichas, sus excursiones, sus compañeros...


Cuando vuelvan a nuestra memoria esos momentos:
recordaremos tu pasión por enseñarles,
recordaremos con cariño tu sonrisa,
recordaremos la ilusión en sus ojos al verte,
recuerdos imposibles de borrar,
recuerdos que nos emocionarán, que nos harán reir,
suspirar...

Has conseguido robarles su corazoncito
y eso sólo se consigue con sincera dedicación.

¡Gracias por formar parte de nuestras vidas!

Holanda 2008

26/5/13

Autismo y genética


La influencia de la genética en el abordaje del autismo
Revista Discovery Salud nº156 (Enero 2013)

Experto en Genética el Dr. José Ignacio Lao Villadóniga -director Médico de Genomic Genetics International en el Institut Universitari Dexeus de Barcelona- cree saber por qué los tóxicos medioambientales y las vacunas provocan autismo en unos niños y no en otros y por qué funciona muy bien en algunos y no en otros el protocolo DAN! del que ya hablamos en el nº 146. Según asevera la respuesta está en los patrones genéticos de los niños, sean éstos heredados o se hayan modificados epigenéticamente durante el embarazo. Para lo cual antes de un tratamiento es conveniente –cuando no necesario- averiguar si hay rutas alteradas a fin de encontrar la mejor vía de tratamiento en cada caso, a nivel nutricional, fitoterapéutico, ortomolecular o farmacológico. Explicación que ilustramos con los casos narrados por algunas madres con las que hemos hablado.


Sumarios

El nivel de glutatión en los autistas es mucho más bajo que en las personas sanas infiriéndose que ello les provoca estrés oxidativo y, de alguna manera, el daño neurológico.

Según el Dr. José Ignacio Lao aún no ha podido relacionarse un gen o grupo de genes con el autismo y lo que puede pues hacerse es conocer las características genéticas individuales del afectado para saber qué rutas genéticas puede tener alteradas a fin de plantear el mejor y más adecuado tratamiento.

Para el Dr. José Ignacio Lao es vital saber cómo se hallan en los autistas las vías genéticas de formación de neurotransmisores, las de desintoxicación y las rutas de respuesta inflamatoria porque si bien todos tenemos los mismos genes éstos no siempre se expresan igual.

Hay personas a las que afectan más unos tóxicos que otros y personas que reaccionan peor que otras ante un mismo tóxico. Y es que hasta la rapidez de desintoxicación la regulan los genes. Y eso puede saberse con un sencillo test genético.

"No todos metabolizamos los medicamentos de igual manera -explica el Dr. José Ignacio Lao-. Hay a quienes la dosis terapéutica normal de un medicamento le puede llevar al borde de la muerte porque lo metaboliza muy lentamente y el efecto es mucho mayor y otras que lo metabolizan de forma muy rápida y es hasta insuficiente; lo que puede causarle también problemas".

Hacer un test genético a un niño autista permite valorar mucho mejor cuál es el tratamiento más adecuado para él y obtener así mejores resultados. Ayuda en su rehabilitación y, sobre todo, en su calidad de vida.



A la búsqueda de respuestas que mejoren la carga de sufrimiento individual y familiar de quienes viven  el autismo de cerca  hemos dedicado en Discovery DSalud varios artículos que abordaban los aspectos más prometedores y/o más complejos del problema, artículos que pueden seguir en nuestra web, www.dsalud.comLas vacunas pueden causar autismo en el nº 153; ¿Ayuda el MMS a recuperar niños autistas? en el nº 152; Timerosal y autismo en el nº 148; ¿Cómo tratar muchos casos diagnosticados de autismo? en el nº 146;   ¿Es la mal salud intestinal la causa del autismo  y otras patologías neurológicas? en el nº 145.   Y sin embargo sentíamos que nos seguían faltando piezas de ese complejo puzzle. ¿Por qué unos niños vacunados generan síntomas autistas y otros no?, ¿por qué a unos niños con autismo les funciona muy bien la dieta restrictiva y a otros no?, ¿por qué unos padecen más problemas intestinales o más enfermedades que otros? Quizás no sea la pieza definitiva pero el diagnóstico genético, tal y como hoy lo contamos puede ser una de las claves más importantes para la solución del enigma del autismo y la mejora de quienes lo padecen. Así lo han vivido ya muchas familias, a algunas de cuyas historias nos hemos acercado.
Susana es madre de un niño de 4 años –Mario- al que el pasado mes de junio de 2011diagnosticaron autismo en un centro especializado de Barcelona, algo que sería confirmado dos meses después en el Hospital Sant Joan de Dèu. Obviamente la noticia supuso un auténtico mazazo para sus padres y el comienzo de una búsqueda desesperada de respuestas. Hasta que tras muchas horas de insomnio decidieron acudir a la Asociación para Vencer el Autismo y Trastornos del Desarrollo (AVA) de Barcelona que preside Ana Medina y lleva tiempo apostando por tratar a los niños autistas desintoxicándoles y mejorando sus problemas inflamatorios e intestinales con una dieta adecuada libre de tóxicos y alergenos, y desde donde les dirigirían hacia la doctora Rosella Mazzuka.
A Mario se le hicieron entonces tres análisis fuera de España. Uno de ellos para buscar péptidos en la orina que dio positivo alto a la caseomorfina, péptido derivado de la proteína láctea caseína. Un dato importante porque tanto el doctor Kalle Reichelt en Noruega como el doctor Cade en la Universidad de Florida (EEUU) han constatado que ese péptido aparece en la orina de casi todas las personas con autismo, trastornos del desarrollo, enfermedad celiaca y esquizofrenia. Con la segunda prueba se buscaron bacterias, levaduras y hongos patógenos –especialmente cándidas-, causas habituales de la disbiosis intestinal que asimismo suelen padecer los niños autistas. Y por último se buscaron posibles metales tóxicos reflejándose una presencia elevada de 4 metales altamente neurotóxicos: plomo, aluminio, bario y talio. Cuando se sabe que la contaminación por plomo provoca una clara disminución de la función cognitiva, la memoria y el aprendizaje y se incrementan los desórdenes de desarrollo pudiendo dar lugar a agresividad, psicosis, confusión y déficit mental, que el aluminio puede provocar demencia, encefalopatías y dificultades para el aprendizaje y que el talio y el bario pueden provocar ataxias, alteraciones emocionales, neuropatías y alteraciones que pueden llevar a la muerte a las neuronas.
Conocidos los resultados se recomendó a los padres que Mario siguiera una dieta libre de gluten y caseína, evitara los azúcares y aditivos (conservantes, aromatizantes, colorantes, etc), usara para endulzar sirope de ágave, arroz o xilitol, consumiera sólo frutas y verduras ecológicas a fin de asegurarse de que no contienen pesticidas, que tanto la carne como las legumbres fueran igualmente ecológicas -el pescado se le prohibió ya que hoy gran parte está altamente contaminado- y que ingiriera en forma de suplementos ácidos grasos filtrados de la serie omega así como vitaminas, minerales, enzimas y oligoelementos -para mejorar la sinapsis neuronal, regular la histamina, etc.- además de evitar los tóxicos habituales presentes en numerosos productos alimenticios –sobre todo los precocinados y en conserva- así como en las piscinas (el cloro), los productos de limpieza del hogar, los de higiene personal...
Susana, sin embargo, consciente de que otros niños que habían seguido protocolos similares no siempre habían obtenido las mejoras deseadas decidió anticiparse y hacerle a Mario un estudio genómico completo acudiendo al doctor José Ignacio Lao, Director Médico de Genomic Genetics International y especialista del Instituto Javier de Benito en el Centro Universitario Dexeus de Barcelona. “Basta un sencillo y rápido test de saliva para realizar el estudio genómico –nos contaría Susana- pero en el caso de Mario se hizo con una muestra de sangre porque no conseguimos suficiente saliva. Y 8 meses después del diagnóstico de autismo los resultados del estudio genómico nos aclararon que Mario no realiza adecuadamente su función natural de desintoxicación, de eliminación de tóxicos. Tiene un déficit genético en los mecanismos de protección dependientes de la biodisponibilidad de glutatión -sustancia antioxidante básica en el sistema de desintoxicación- que le lleva a ser incapaz de liberarse de sustancias tóxicas y metales pesados como el mercurio y el plomo”.
Debemos decir que el primer artículo científico que relacionó el glutatión con el autismo se publicó en la década de los 80 del pasado siglo XX en Francia. Un grupo de investigadores constató que el nivel de glutatión en los autistas es mucho más bajo que en las personas sanas infiriendo que eso les provoca estrés oxidativo y, de alguna manera, el daño neurológico. Investigaciones posteriores no harían si no confirmar ese hallazgo. De hecho un equipo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva Jersey (EEUU) demostró recientemente que la variante no funcional del gen GSTM1 -que fue precisamente el genotipo detectado en el caso de Mario- tiene un efecto causal en muchos niños con trastorno del espectro autista.
Los padres de Mario se enfrentaron en suma a un formidable reto: eliminar del organismo de su hijo todos los microbios patógenos, tóxicos y metales pesados, recomponer su función digestiva y reforzar el sistema inmune. Afortunadamente sabían cómo hacerlo. Y de hecho hoy la vida de su hijo ha cambiado y afrontan el futuro con esperanza. “¡Hoy es un día grande, muy grande! –nos diría la madre de Mario-. Tras 3 años de sufrimiento para Mario y de lucha para nosotros buscando respuestas el final de la pesadilla parece cada vez más cerca. Es cierto que esta problemática ha retrasado a nuestro hijo y ahora debe trabajar mucho para conseguir el nivel adecuado para su edad pero una vez abierto el canal de comunicación cada día se produce un nuevo avance. Mario pasó 3 años aislado en un pozo cerrado en el que hemos conseguido abrir una rendija; y él, desde el fondo, ha podido ver la luz. Primero se asustó, lloró y pataleó pero poco a poco ese pequeño rayo de luz le ha dejado ver que hay paredes, que hay rocas, que hay peldaños... y los está subiendo enfrentándose, valiente, a lo desconocido. Ya habla, pide cuanto quiere, señala las cosas, juega, no se asusta de los niños, saluda a todo el mundo, ha dejado de autolesionarse y de apilar y girar cosas sin sentido, duerme por las noches, se muestra feliz cuando siempre estuvo deprimido... en Fin, es otro niño; es el verdadero Mario.

LA HISTORIA DE ALEJANDRO

Y es que no siempre el autismo mejora cambiando simplemente la dieta. Alejandro nació en abril de 2006 fruto de un embarazo que cursó sin ninguna complicación; ni durante el mismo, ni en el parto, ni en el postparto. Todo era perfecto y el bebé crecía sano y feliz pero a finales de junio del 2008, tras recibir la vacuna contra la varicela, sufrió una convulsión a la que el pediatra restó importancia. En agosto, sin embargo, sus padres comenzaron a detectar algunos problemas de lenguaje y en noviembre en el colegio al que iba se les aconsejó que acudieran a un neurólogo porque su comportamiento había cambiado. Y tras visitar a un psiquiatra infantil decidieron buscar respuestas en la Clínica Universitaria de Navarra donde a Alejandro se le diagnosticaría Trastorno Generalizado del Desarrollo. “En aquel momento nos invadió la tristeza y la impotencia –nos diría Sofía, su madre-. Nuestro querido hijo aún hablaba; y digo hablaba porque unos pocos meses después perdió el habla y aún no la ha vuelto a recuperar. Ahora emite ruidos. Así que rotos de dolor pero con entereza iniciamos un peregrinaje por especialistas: neurólogos, psiquiatras, pediatras, psicólogos... Y acudimos a la medicina convencional, a la alternativa, a la homeopática…”.
Un psiquiatra les daría entonces la peor de las noticias: el estado de Alejandro acabaría conduciéndole a un autismo regresivo. “En cuanto llegamos a casa –continúa su relato Sofía- navegué sin parar por internet y vi que había páginas que relacionaban el autismo regresivo con las vacunas. Me quedé perpleja y, gracias a Dios, llamé al pediatra para cancelar la dosis de la triple vírica de los cuatro años. Al poco tiempo le hicimos el primer mineralograma de cabello enviando las pruebas a Estados Unidos y nuestras sospechas se confirmaron: tenía el doble de aluminio de lo admisible en un adulto. El margen de referencia es de menos de 8 y el pobrecillo tenía 16. Tomamos pues la decisión de no vacunarlo más puesto que estaba intoxicado; y es que esas vacunas contienen hidróxido de aluminio”.  Alejandro  había recibido 24 dosis de inmunización antes de los dos años, por encima de lo aconsejado por la Asociación Española de Pediatría y de la Sanidad catalana.
Al año siguiente la presencia de aluminio en Alejandro había bajado a 9,6 y en abril la cifra era ya de 5'3 pero a pesar de ello el daño no revertía. Y la dieta sin gluten ni caseína no le hizo mejorar. Hasta que en noviembre de 2010 se le hicieron multitud de pruebas en el Hospital Vall d’ Hebron -incluidas algunas genéticas habituales que dieron negativas- y le etiquetaron Trastorno Desintegrativo diciéndosele a los padres que no había nada que hacer. La única “solución” que les dieron fue ingresarlo en un colegio especial o mantenerlo bajo supervisión de un canguro en casa. ¡Desahuciado con solo 4 años! “Gracias a Dios, a través de Ana Medina, presidenta de la asociación AVA a la cual pertenecemos así como a la Liga para la Libertad de Vacunación que preside el Dr. Xavier Uriarte, conocimos al Dr. Lao que le realizó el test genómico que nos ha sido de gran utilidad”. Prueba que detectó sus problemas. “Lo más relevante en Alejandro –explicaba el informe- es la tendencia pro-inflamatoria que justificaría sus manifestaciones gastrointestinales. Y la variante del gen APOE4 explicaría por qué el exceso de vacunas fue especialmente dañino para él. Siguiendo con la explicación de sus síntomas el exceso de dopamina (por la COMT intermedia) puede explicar su hiperactividad y es criterio para no considerar la medicación con metilfenidato o anfetaminas que lo que harían sería aumentar la dopamina”. Cabe agregar que los resultados también indicaron que no necesitaba una dieta específica sin gluten ni caseína pudiendo pues beneficiarse de una alimentación más variada y completa. Hoy, tras conocer sus problemas de origen genético, saber que el tratamiento de Alejandro es el adecuado a sus características individuales ha devuelto la esperanza a los padres. “Aunque todavía no habla –se despide de nosotros Sofía- sus abrazos y su sonrisa secan muchas lágrimas del pasado”.

EL DIAGNÓSTICO GENÉTICO

Con el fin de conocer más de cerca la importancia del test genético a la hora de abordar los trastornos del espectro autista decidimos hablar con el doctor José Ignacio Lao en su consulta del Instituto Javier de Benito de Barcelona en la que, amablemente, accedió a recibirnos.
-Díganos, doctor, ¿hasta qué punto ayuda realmente en el autismo un análisis genético?
-Debo empezar aclarando que se han hecho muchos estudios para buscar posibles relaciones genéticas con el autismo sin demasiado éxito por el momento. No es aún posible relacionar un gen o grupo de genes con esta patología. Lo que nosotros hacemos por tanto es conocer sus características genéticas individuales y qué rutas pueden estar alteradas a fin de saber cuál es en cada caso el mejor y más adecuado tratamiento. Tanto la dieta como la medicación de un autista pueden ser diferentes a las de otro. Centrándonos sobre todo en saber cómo se hallan las vías de formación de neurotransmisores, las vías responsables del sistema de desintoxicación y las rutas de las respuestas inflamatorias. Porque si bien todos tenemos los mismos genes éstos no siempre se expresan igual.
-Háblenos pues para empezar de las vías genéticas implicadas en la formación de neurotransmisores…
-Ante todo nos fijamos en la disponibilidad de un elemento fundamental que determina la respuesta de la función nerviosa: la dopamina. Hay autistas que tienen alteraciones en la ruta de la dopamina. En unos casos actúa lentamente y entonces se acumula en la zona frontotemporal provocando diversas manifestaciones clínicas y en otros ocurre lo contrario, actúa muy rápido provocando un déficit de dopamina. Lo que explica variaciones en el cuadro clínico aún con el mismo diagnóstico. Y obviamente el tratamiento debe ser diferente en uno y otro caso. Quienes tienen la variante lenta no pueden ser tratados con potenciadores de la dopamina como el metilfenidato o las anfetaminas –fármacos de uso habitual por ejemplo entre quienes sufren el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH)- pero sí ser útiles con quienes degradan muy rápido la dopamina. Esto explica por qué unos niños tras tomar metilfenidato se vuelven más hiperactivos y otros no. Tal es el primer paso.
-¿Entonces los problemas infamatorios, tan comunes en los niños autistas, pueden ser también detectados a nivel genético?
-Así es. También estudiamos la vía –variaciones o combinaciones de genes- que desde el punto de vista inmunológico determinan que aparezcan en mayor proporción sustancias proinflamatorias. Es la vía que se manifiesta por ejemplo en  muchos casos de intolerancia alimentaria y que es variable ya que la persona a veces es intolerante hoy a un alimento o grupo de ellos y mañana a otro distinto. En tales casos no suele tratarse de una auténtica intolerancia alimentaria sino de una inflamación tan importante que afecta a la permeabilidad intestinal y de ahí la variabilidad de la respuesta. También es un sustrato que hace más proclive a las infecciones -muy comunes entre los niños autistas- por virus, bacterias, hongos –como las cándidas- o parásitos.
-Y asimismo valoran ustedes cómo se halla la capacidad de desintoxicación del organismo…
-En efecto. Valoramos cuán preparado está el organismo para afrontar la actual toxicidad medioambiental. Está constatado que la mayor parte de los niños autistas están severamente intoxicados, sobre todo con mercurio, aluminio y otros metales pesados. Y que sufren además un desequilibrio importante de vitaminas, minerales y oligoelementos. Lo que se constata fácilmente tras hacerles análisis de orina, sangre y cabello. Porque la naturaleza nos ha dotado de mecanismos de defensa suficientes solo que su eficacia depende de nuestra genética. Hay personas a las que afectan más unos tóxicos que otros y personas que reaccionan peor que otras ante un mismo tóxico. Y es que hasta la rapidez de desintoxicación la regulan los genes. Y eso puede saberse. Podemos saber a qué tóxicos es una persona especialmente vulnerable y a qué velocidad los puede eliminar… si es que puede. Conocer en suma todo eso es importante para poder tratar a cualquier persona y, por tanto, a los niños autistas. Y explica por qué quien tiene especialmente alterado ese sistema de defensa es más vulnerable a la acción de algunos tóxicos incluso en cantidades que para la mayoría serían inapreciables o hasta inocuas.

¿VACUNAS SÍ O NO?

-Son muchos los investigadores que afirman por eso que las vacunas sí pueden provocar autismo. ¿Coincide con ellos? ¿Podría una vacuna que para muchos niños es inocua causar autismo –u otro tipo de problemas de salud- en otros?
-Podría. Es cierto que se han hecho estudios multicéntricos avalados por importantes instituciones que desmienten toda posible asociación directa entre las vacunas y la posterior aparición de complicaciones. Pero no es menos cierto que muchas familias ven cómo hijos sanos empiezan a tener distintos problemas de salud poco después de haber sido vacunados. Las evidencias están ahí. Yo no pongo en duda la eficacia y necesidad de las vacunas pero sí digo que hay que tener en cuenta el hecho de que hay personas especialmente vulnerables a las sustancias de las que están compuestas y a las que por el estado tan precario de su sistema natural de desintoxicación les resultan especialmente tóxicas y lesivas. Quizás haya pues que replantearse todos los estudios hechos e incluir un paso previo: agrupar a los niños en función de su variabilidad genética para evitar cualquier sesgo. Se demostraría así que hay niños especialmente vulnerables con los que hay que tomar precauciones porque en su caso las vacunas sí pueden ser enormemente tóxicas.
-¿Qué más puede aportar el test genético?
-Pues ya que hemos hablado de que es habitual la presencia de mercurio y/o aluminio entre los niños autistas le diré que hay determinada variante en el gen de la lipoproteína E que puede tener otras tres versiones: la 2, la 3 y la 4. Bueno, pues quienes tienen la versión 4 de ese gen tienen menor capacidad de eliminación de metales pesados a nivel neuronal y, por tanto, menor capacidad de recuperación de posibles daños en las neuronas. Son pues especialmente vulnerables a ambos tóxicos.
Y hay otros mecanismos de desintoxicación que también valoramos. Es el caso del glutatión, sustancia antioxidante básica en el sistema de defensa. Porque hay enzimas como la glutatión transferasa –de la que hay varias versiones- que si no funcionan adecuadamente nos dejan desprotegidos. La peor situación se da en cualquier caso entre quienes tienen las tres enzimas afuncionales; y es que como la naturaleza es sabia no deja afortunadamente un sistema tan importante en manos de una sola enzima. Bueno, pues se ha constatado que entre quienes sufren autismo dos de esas vías están comprometidas. Siendo quizás la más especial la variante GSTM1
-¿Da información el test genético sobre la funcionalidad de las vitaminas?
-Sí. Porque el adecuado aprovechamiento de las vitaminas -como el ácido fólico o la vitamina B12, cuya importancia en el primer trimestre del embarazo para evitar tanto malformaciones como trastornos del desarrollo es conocida- lo determinan combinaciones de genes. Pues bien, hay madres que tienen un defecto en las rutas que marcan el aprovechamiento de esas vitaminas y saberlo nos permite buscar otras formas de proporcionarlas. Bueno, pues también puede haber variantes genéticas en los niños. Y sabiéndolo con el test  genético podemos prescribir una suplementación vitamínica específica tanto a nivel preventivo –por ejemplo a nivel prenatal para evitar la parálisis cerebral- como ayudar en los casos de autismo y otros problemas graves. Dado que existen tantas vías los casos pueden ser muy variados. Y el test nos permite individualizar el tratamiento no sólo en lo que se refiere a la medicación sino también respecto a la dieta específica y suplementación más adecuada en cada caso.

EPIGENÉTICA Y AUTISMO

-¿El daño genético de un niño o adulto puede haberlo provocado algún factor externo, incluidos el medioambiental? ¿Puede algo externo modificar las rutas genéticas como apunta la Epigenética?
-Hay casos en que los problemas pueden venir ya inscritos en los genes, marcados desde la concepción, pero es asimismo importante el proceso intrauterino porque en él ya interviene la Epigenética. Y sí, los factores externos pueden modificar el patrón de comportamiento genético del feto. Siendo a mi juicio el período más importante a la hora de prevenir posibles trastornos el período que va desde tres meses antes del embarazo hasta el nacimiento. En ese período es cuando se puede y debe prevenir porque es donde se presentan los factores más críticos, quizás los más difíciles de controlar y los que tenemos que tener caracterizados con mayor precocidad para poder remediar sus efectos. Siendo crucial ¡el período anterior al embarazo! Lo mismo que la nutrición y hábitos de la madre durante el mismo. Porque su propio nivel de tolerancia frente a los tóxicos medioambientales va a marcar el futuro de su hijo.
-Eso implica que los padres deberían hacerse test genéticos antes de concebir a un niño para intentar prevenir transmisiones genéticas no deseadas, ¿no?
-Sí. Especialmente ahora que los hijos se tienen a una edad cada vez más avanzada. Sería además aconsejable una caracterización nutrigenómica de la madre previa para diseñar la dieta que su organismo requiere antes de quedar embarazada; una dieta saludable para ella y su futuro hijo. Y luego diseñar la más adecuada para su bebé cuando nazca. Mire, cuando una pareja se plantea tener un hijo debería saber antes cómo reaccionan sus propios metabolismos, a qué pueden ser vulnerables y a qué responden o no bien. Y en función de los resultados tener previstas todas las posibles complicaciones y qué hacer en esos casos. Lo importante es dejar lo menos posible al azar, tenerlo todo previsto y diseñar unas estrategias preventivas teniendo en cuenta las pautas derivadas de esta caracterización. Porque aunque todavía queda mucho por conocer en el mundo de la Genética al menos conviene hacer uso de lo que ya sabemos. Es el caso de la metilación  y saber cómo aprovechamos el ácido fólico o la vitamina B12, cofactores esenciales para un buen desarrollo del sistema nervioso. O cómo la madre metaboliza los tóxicos porque si tiene dificultad para eliminarlos  pueden terminar afectando al feto. Téngase en cuenta que el vigésimo octavo día del embarazo se cierra el tubo neural y todo lo que no se haga antes será irreversible. ¡Cuando a los 28 días de embarazo la mayoría de las madres ni siquiera saben que están embarazadas! Por eso insisto tanto en la importancia de hacer los estudios genéticos antes de quedarse en cinta.
-¿Se puede recuperar una vía dañada? ¿La de desintoxicación del organismo por ejemplo?
-Corregir del todo la disfuncionalidad quizás no pero se puede reactivar el sistema. Todas las enzimas del sistema de desintoxicación, por ejemplo, dependen de cofactores que determinan su funcionamiento; como el selenio o la n-Acetilcisteína, precursor ésta del glutatión. En suma, en los casos de mal funcionamiento de una vía se pueden prescribir -en función de la que esté afectada- los precursores necesarios que ayuden a mejorar el sistema inmune. El primer paso a dar debe ser  el de aumentar el potencial defensivo y evitar en la dieta todo lo que la persona tenga dificultad de asimilar. Y en ese sentido debo decir que a muchos niños autistas se les están imponiendo dietas demasiado restrictivas que pueden evitar que ingieran tóxicos pero también desequilibrarles nutricionalmente perjudicando su sistema nervioso aún en pleno desarrollo. Las restricciones alimentarias deben ajustarse a las características personales de cada niño para garantizar el correcto equilibrio nutricional.

MEJORAS EVIDENTES

-Pues no parece que la sociedad en general –médicos incluidos- sea demasiado consciente de la importancia que pueden tener este tipo de análisis genéticos…
-Cierto. Porque la evolución de esta disciplina, aunque reciente, es rápida. Afortunadamente cada vez hay más profesionales y padres que recurren ya a este tipo de diagnósticos. Especialmente ahora que no se precisan técnicas invasivas, basta un poco de saliva y su coste es de apenas 950 euros, e incluye el examen de todo lo señalado y también el estudio farmacogenético del paciente. A fin de cuentas la información que se obtiene con este test permite a cualquier persona adquirir buenos hábitos y un estilo de vida acorde con lo que su organismo necesita.
-¿Y hasta qué punto conviene hacerse también un test farmacogenómico que nos permita saber qué fármacos son más útiles para nosotros y cuáles menos eficaces o incluso peligrosos?
-Realmente es útil, porque no todos metabolizamos los medicamentos de igual manera. Hay a quienes la dosis terapéutica normal de un medicamento le puede llevar al borde de la muerte porque lo metaboliza muy lentamente y el efecto es mucho mayor y otras que lo metabolizan de forma muy rápida y es hasta insuficiente; lo que puede causarle también problemas.
-Todo apunta en ese caso a que en el futuro cada persona tendrá un carnet genético de nacimiento…
-Pienso que sí. Es más, creo que cada persona debería llevar encima su carnet farmacogenético. Así si uno tiene un incidente y termina en el servicio de Urgencias de un hospital los médicos sabrán qué fármaco se le puede poner y a qué dosis para evitar complicaciones que a veces pueden ser graves. Además ayudaría a formar nuevos hábitos y a prevenir patologías en lugar de tener que afrontarlas una vez manifestadas.
-Y en el caso de los niños autistas, ¿hasta qué punto el test genético puede ayudar?
-Permite valorar mejor cuál es el tratamiento más adecuado para cada niño y obtener así mejores resultados. Ayuda en su rehabilitación y, sobre todo, en su calidad de vida.
-¿Y por qué las administraciones sanitarias no apoyan una iniciativa como ésta que –en general, no solo para casos de autismo- podría suponer un considerable ahorro al Sistema Nacional de Salud?
-Todos los estudios demuestran que prevenir implica siempre ahorrar. En complicaciones y gastos. Se ahorra en personal, en instalaciones, en análisis, en material, en fármacos, en ingresos hospitalarios… Pero me temo que la crisis no va ayudar a implantar programas de este tipo.
-Una última pregunta: ¿en alguno de los casos en los que ustedes han proporcionado a los padres y médicos el test genético de un niño autista éste no ha mejorado?
-Hasta el momento en todos los casos ha habido mejoría. Y no es que lo digan unos padres deseosos de apreciar cualquier cambio positivo –que también- sino que ha sido confirmado en todos los casos por sus médicos, terapeutas y educadores. En niños autistas pero también en niños hiperactivos e, incluso, con parálisis cerebral, a los que estoy tratando a partir del diagnóstico genético.  He constatado que mejoran, algo sorprendente que nos llena de satisfacción porque muchos niños son considerados incurables. Sin embargo  hemos visto cómo mejora su respuesta y hasta hacen rehabilitación logrando mejorar el tono muscular.

Francisco San Martin


15/5/13

Conferencia Autismo AVA - Santander 25/05/2013

Hola Familias,
Ana Medina, presidenta de la asociación Autismo AVA nos comenta que el próximo día 25 de Mayo celebrarán en Santander unas  Jornadas sobre Autismo y TGD. Han contado con la colaboración del Ayuntamiento de Santander,  que han puesto a su disposición una sala en el emblemático edificio del Palacio de la Magdalena- Caballerizas sito en la península de la Magdalena, frente a la isla de Mouro.
Es un acto gratuito pero para reservar plaza se debe enviar un correo a conferenciasava@hotmail.com ya que el aforo es limitado.
Espero pueda ser de vuestro interés...
Un saludo!!
 

2/1/13

TRASTORNO DE ESPECTRO AUTISTA - DR. LAO - "SALUD Y MEDICINA"

Trastorno de espectro autista

José Ignacio Lao
Genetista

El trastorno de espectro autista (TEA), o autismo en su forma más severa, se considera un problema de origen multifactorial en el que intervienen factores genéticos (diversos y diferentes según sea el caso), factores ambientales e immunológicos. En aproximadamente el 10% de casos de autismo se puede demostrar una causa genética representada por algún síndrome o enfermedad reconocida genéticamente, como el Síndrome X Frágil, la Esclerosis Tuberosa o varias anomalías cromosómicas. Para la gran mayoría de casos no hay causas directas conocidas que puedan asociarse al TEA.
Es un tema por su innegable importancia ya que los estudios familiares y de mellizos sugieren firmemente que hay personas que tienen una predisposición genética al autismo. Los estudios de mellizos idénticos muestran que si uno está afectado, existe una probabilidad del 90% que el otro mellizo también lo esté, lo que demuestra una alta heredabilidad del problema. Por otro lado, en las familias con un caso con TEA, el riesgo de tener un segundo hijo con el trastorno (riesgo de recurrencia) es de aproximadamente el 5%,  una cifra mayor que el riesgo considerado para la población en general que está más o menos en 60 por cada 10.000.  Los investigadores están buscando pistas sobre qué genes contribuyen a esta susceptibilidad aumentada.  En algunos casos los padres y otros familiares de un niño con TEA muestran deterioro leve de las habilidades sociales y la comunicación, o se involucran en conductas repetitivas.  La evidencia también sugiere que algunos trastornos emocionales, como el trastorno bipolar, se producen más frecuentemente que el promedio en las familias de las personas con TEA.
Respecto a esta contribución multifactorial, tanto a nivel genético como ambiental, hay estudios y evidencias clínicas que señalan dos vías importantes a considerar: por un lado los mecanismos de defensa frente al estrés oxidativo, fundamentalmente mecanismos de defensa enzimáticos cuya mejor o peor actividad puede estar genéticamente determinada; por otro, la tendencia a la inflamación crónica por exceso en la producción de determinadas sustancias pro-inflamatorias.
Entre las causas de estrés oxidativo genéticamente determinadas tenemos: aumento en la producción de sustancias pro-oxidantes endógenas (homocisteina, óxido nítrico); déficit en mecanismos enzimáticos de defensa (aquí destacan las enzimas de la mitocondrias como la SOD, además de otros como la catalasa o las glutatión transferasas) o casos con ambas. Además, estas tendencias endógenas pueden verse agravadas por el exceso de exposición a factores pro-oxidantes exógenos o por el déficit en el aporte de sustancias anti-oxidantes.
En otros casos las causas podrían estar en el sistema inmunológico, aquí tendríamos polimorfismos genéticos que predisponen a la producción endógena de factores pro-inflamatorios. Se ha comprobado que algunos casos de autismo presentan niveles elevados de estas sustancias pro-inflamatorias en líquido cefalorraquídeo, o sea, están en el sistema nervioso donde favorecen la neuroinflamación.

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